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Nuestra tribu

Ya me has escuchado esta frase en varias ocasiones: “Para educar a un niño hace falta una tribu entera”. A mí me llegó a través de la lectura de José Antonio Marina quien señala que a él llegó a través de la sabiduría tradicional africana.

Y mi experiencia coincide en que no hay proyecto, actividad creativa, invento pedagógico que no pase por tener un grupo cuya principal propuesta sea el testimonio.

Y hoy quisiera presentártelos porque en El Atazar la tribu tiene sus peculiaridades.

Como somos muchos en la parroquia hay que encajar propuestas para todos y todas las edades y eso lanza esta actividad a fechas viables pero complicadas. Para los tardo universitarios, como poco exámenes de recuperación sino semanas de finalización de TFGs, o TFMs… Para los que repiten actividad muy probablemente teletrabajo, para el resto, dadas las edades, con facilidad tener que integrar algún viaje inexorable a Tres Cantos.

No supone interferencia en la actividad. Tampoco tensiones internas, al menos hasta la fecha, pues se asume con naturalidad y con la comprensión de que son situaciones compartidas.

A mí me resulta sobrecogedor.

Sara es de las que tiene los días más tranquilos y convencionales pues terminó su oposición hace unas semanas y está a la espera de resultados. También Diego que logró sacar todo el curso, y con buenas notas, y qué mérito para todo lo que hace. Ana seguro que lo consigue cuando salga la nota que le falta de recuperación, motivo por lo que llegó el lunes, bajó esa misma noche a Tres Cantos, al menos para descansar esa noche, se examinó el martes y estaba en el turno de piscina de este mismo día. María está hoy feliz porque solo podía venir por las tardes pues las mañanas eran para preparar la defensa del TFM y le dicen que ha sido la mejor defensa de los últimos días, los que invierten en la pastoral ya saben que están bendecidos. Le acompaña en la alegría Belén, que también ha podido acompañarnos solo por las tardes, pues hasta hoy, ya fin de semana, no podía estar de manera continuada…

A partir de las 9,15, una zona del salón se convierte en esto que los modernitos llamamos co-working donde se alternan reuniones on-line, envío de correos solo interrumpidos por el descanso de media mañana, y por los últimos 15 minutos de piscina que sirve también para despejar la mente y el alma.

Y así podríamos seguir hasta los 16 que forman el equipo.

Como me intención es que puedas asomarte un poco, no solo a lo que hacemos, sino a lo que vivimos, creo que te es más que suficiente sin necesidad de ser exhaustivo.

En esta descripción están muchas de las claves que explican la alegría y el impacto que viven los chavales en estas experiencias. La riqueza de la Iglesia no es su patrimonio, ni sus edificios, sino las tribus formadas por personas que ponen vida, y como ves no es solo una forma de expresarse, como tarjeta de presentación del Evangelio de Jesús y del reino que es posible entre nosotros.

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